No es la falta de costumbre
son los años que se hacen más pesados
son mi rodillas que me dejan a mitad del camino
las mismas que antes me llevaban a la cima
pero ahora más desgastadas
avisando que ya no es igual mi caminar
obligándome a ir más lento
a mirar bien antes de pisar
para igual terminar doliendo
avisando lo inminente
lo que no quiero aceptar
creyendo que así
lo podre retardar
sabiendo que tarde o temprano pasara.
Son mis rodillas que me reclaman
que ya no ande como antes
que no las lleve a los mismos lugares
y es que no son mis rodillas
ni los años
es el hueco que tengo por dentro
que no logro llenar
es todo lo que me falta
todo lo que no tengo
lo que me hace los días más pesados
a contra corriente.
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