Cuatro palabras silencian la conversación
hacen una ruptura sin final
restriegan en la cara mi tontedad
me dejan atónita y sin palabras
reclaman mi desentendimiento
me hacen callar.
Sentada en silencio
en alboroto de pensamientos
recuerdo esas cuatro palabras
la discusión en busca de su traducción
lo obvio de tantas conversaciones
lo evidente entre tantas palabras.
Cuatro palabras atravesadas
inesperadas y repentinas
¿no te las aguantaste más?
como si no suponías lo que iba a pasar.
Y este silencio indiferente ata las manos
maniata mis ganas de quererte hablar.
Restriegas en mi cara mi fingida ingenuidad
mi disfrazada ignorancia de las cosas
despliegue en evitar lo que iba a pasar.
Cuatro palabras desatan cuatro más inminentes
la explicación bien entendida que las desemboco
y que habría preferido no tener que escuchar.
Cuatro palabras, a ellas sumadas unas tantas más
tantas más con sonido de reclamo
de acusación quizás bien fundada
y aunque no lo digas se traducen igual:
-lo sabías pero seguiste a jugar,
el resultado de ignorar la obviedad.
Cuatro palabras que solo tú y yo sabemos
cuatro más que decidiste agregar
todas se quedaron guardadas en el momento
una vez dichas no se pudieron borrar
te dejan a ti a un extremo
y a mí al otro lado sin decir más.
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