viernes, 23 de diciembre de 2011

Razones de peso


Por razones de peso
mi piel es morena
mis cabellos rizados
y el color de mis ojos café.

Por razones de peso
soy Robles
soy Rodríguez
un poco Sánchez
y también Farfán.

Por razones de peso
soy quien soy
la sangre mezclada
y las venas selladas.

Por razones de peso
soy de aquí
del rio y del mar
de la montaña y del asfalto
del Arpa y del Cuatro.

Por razones de peso
soy mi Padre y mi Madre
mi Abuelo y mi Abuela
soy lo que soy.

Sra. Nana


Creo que nunca llegamos a tener muy claro el tema de tu nombre. Petra Romelia, o había también algún Florencia por allí. Te das cuenta, nunca quedo muy claro el asunto.


Peor la tuvieron los vecinos e incluso algunos de tus amigos. Seguramente muchos te conocían de toda la vida y no llegaron a saber cómo te llamabas.


Sra. Nana, entonces me sonaba tan normal, si hoy lo escuchara me causaría gracia. Aún puedo recordar a algún muchacho del barrio conversando contigo en el patio, diciéndote Sra. Nana. Cómo se puede llamar a alguien por su sobrenombre y anteponerle un Señora. No cabe duda que el respeto mismo obligaba a hacerlo e imponía también pasar por alto el hecho de no saber tu nombre.


A la final resulto más desconocida aún  la razón de tu sobrenombre. Creo que nos era tan natural que te llamaran Sra. Nana, que nunca nos dio curiosidad saber el por qué o desde cuando te nombraban de esa manera.  Solo hasta ahora que escribo estas líneas me lo he preguntado y he remitido la interrogante a mi Padre, quien no sé si sorprendido o puesto al descubierto, me devolvió otra pregunta,-Por qué preguntas eso ahora, después de tantos años. Luego en una conversación confesábamos ignorar los motivos y aceptar lo evidente, que niñera nunca fuiste, así que de por allí no venía lo de Sra. Nana.


No se trata de ningún misterio o de algún secreto muy bien guardado, la verdad creo que para nosotros no represento mayor importancia el saberlo. Lo importante es que eras tú. Nuestra Nana.  La Sra. Nana.

Azul



¿Sera que algunas veces olvidas que sigo aquí?
Que debes en cuando me asomo a  la ventana
Solo para ver un pedacito de cielo.


Azul. Azul era el cielo de hoy
Lo obvio no es tan obvio
Era un hermoso azul el de hoy
Lo hermoso no siempre es obvio
Los ojos no siempre notan la hermosura
No basta con poder mirar para ver lo hermoso
No se necesita una carta de colores para reconocer el azul
Solo hace falta sentir,  tocar con la mirada
Para  amar un pedacito de cielo azul.


Yo sigo estando aquí
Asomándome de vez en cuando a la ventana
Y tocando el cielo azul con mi mirada.