jueves, 1 de noviembre de 2012

El espejo


Esta mañana al levantarme y pasar cerca del espejo, vi una silueta reflejada. Volví unos cuantos pasos y observe detenidamente la imagen en el espejo.  Con sorpresa descubrí, que había vuelto a ser Yo otra vez.

Observe cada detalle en el espejo. La piel se notaba marchita, los cabellos más largos y de otro color, pero los ojos seguían siendo los mismos, sin duda era Yo. Después de tantos años me había decidido a regresar.

Ante la sorpresa del día quise salir, caminar, ver si el cielo también había vuelto a ser el de hace muchos años atrás.  Abrí la puerta y al pisar la acera los pasos parecían pesar más, los pies solo se podían arrastrar y al intentar bajar los escalones creí caer a un vacío  empujada por el peso y por la falta de esfuerzo en mí. Después de bajar dos escalones decidí volver atrás, entrar a casa y cerrar la puerta.

Regrese al espejo y observe de nuevo. El reflejo se notaba igual a unos minutos antes, no había cambiado nada. Volví a la cama y revise en las sabanas, tratando de descubrir a dónde se había ido la de ayer, a la que no quería la noche anterior, cuando me fui a dormir.  

En busca de una última esperanza, apague la luz, regrese a la cama, me enrolle en la sabana y deje mi cabeza dormir sobre la almohada, esperando que al despertar fuera de nuevo la que odie ayer.