Cuando el resto del mundo no existe

Hoy sentí la necesidad de tenderme en algún lugar
dejarme caer y sumergirme en la nada
contemplar el cielo y perderme en sus nubes
quedarme horas anclada en esa inmensidad
que grita lo minúsculo que eres en este universo
cerrando los ojos por un momento
sintiéndome en otro lugar
con una sensación recorriendo el cuerpo
y que no puedes explicar.

Hoy sentí la necesidad de estar en ese lugar
solo sentarme en una roca frente al mar
hipnotizada por el ir y venir de las olas
con la mirada perdida en el horizonte
olvidando que el resto del mundo existe
lográndolo por un momento
momento en el que el mundo no se detiene
no se detiene a esperar por ti
pero suficiente para escapar, para meditar, para decidir
un solo instante para comprender lo que ves día a día
lo bueno y malo que te rodea.

Hoy sentí la necesidad de olvidarme del resto del mundo
como si solo fuese el cielo sobre mi cabeza
el mar frente a mis ojos
la arena en mis pies y el aire en mi rostro
comprendiendo cómo puedo seguir adelante
la razón por la que me puedo mantener de pie
por la que existen las cosas que contemplo
un instante que te da la claridad y el impulso para girar
para cambiar lo que depende de ti
y enfrentar lo que escapa de tus manos.

Hoy sentí la necesidad de estar sola
sentir que el resto del mundo no existe
tener esa sensación en la piel nuevamente
sensación que solo la logras en ciertos lugares
en ciertos momentos
momentos de contradicción, de decisión
en los que quisieras estar fuera del mundo
trasladarte en un instante a otro lugar
pero no puedes detener el mundo
y tampoco puedes volar
no puedes dejar de pensar
y no puedes dejar de sentir
de querer estar en ese lugar.

Hoy sentí esa necesidad
quise estar en otro lugar
salir de este planeta
estar allí
sentirme así
contemplar el amanecer
caminar a la orilla del mar
con las gaviotas detenidas sobre él
sintiendo que soy “uno”
“ uno” de los miles que me rodean
“uno” de los millones que existen
“uno” que habla a solas con Dios
“uno” que lo puede escuchar.

…no puedes detener el mundo
y tampoco puedes volar.