Qué haces mariposa, coqueteándole al mar ¿por qué vuelas al ras del agua? ¿por qué persigues las olas hasta la orilla? ¿por qué juegas con la espuma del mar? por qué coqueteas al mar, si no te puedes posar en él por qué lo haces, si solo puedes volar sobre él por qué lo haces, si no te puedes sumergir en él ¿por qué coqueteas al mar? ¿por qué?, si la hermosura de tus alas solo pertenece a las flores por qué vuelas al ras y juegas con la espuma ¿por qué coqueteas al mar?
Una pesadilla un sueño recurrente que no abandona eso fuiste en mi vida mi peor pesadilla fue contigo que entendí que la maldad también puede venir de quien amamos.
No sé por qué esta mañana te recordé mal por supuesto a ti no se te puede recordar de otra forma cómo te vine a recordar de repente si hace 15 años que te desaparecí de mi vida.
No imagino lo que sería tropezarme contigo en la calle y lamentablemente reconocerte seguramente tu, no me reconocerías y si lo hicieras, si te atrevieras a hablarme ¿Qué te diría yo?, sin sacarte los ojos sin poner de un lado el asco de tenerte al frente así que, ¿qué te diría? te diría: -estaba bien antes de ti, sigo bien después de ti.
Aquel día en que te presentaste Un paquete de rosas azules llevabas Me parecieron tan raras Tomaste una de ellas para mí Según tu, por lo diferente que era yo No supe cómo entender eso -Sera un alago o un insulto
Un tiempo después Con una rosa blanca llegaste Te sonreí cortésmente En el fondo Triste me quede -Soy solo una amiga para él
Pasados unos meses Una rosa amarilla me diste Yo sonreí tiernamente -Las amarillas son mis favoritas -Lo sé Sonreíste
Otro día quedamos en vernos Vi en tu mano una rosa rosada Cuando caminabas hacia mí Mi corazón brinco de emoción No sé por qué Si de ese color no me atraen
Había pasado algún tiempo Rato de andar juntos por allí Cuando un día una rosa roja me diste Temblé de miedo Me asuste tanto Que me eche a correr
Han pasado ya muchos años Desde esa primera rosa Años de compartir En los que me sigues regalando El aroma de las rosas en mi piel Llenando mi vida con pétalos De diferentes colores para mi
Hace tanto tiempo ya En los que cada año No me dejas de regalar Un ramo de rosas En nuestro aniversario Cada una de diferente color Hace tantos años ya Que llenaste mi vida de rosas Hace tantos años ya Que de ti me llegue a enamorar
Caminando de prisa, típico retardo mañanero con pasos que intentan adelantar al reloj. Un enano va por la acera, le paso por un lado, me alcanza casi corriendo y me acompaña al caminar. Habla de juguetes, del gato, de sus padres, hasta que en la esquina se despide. Sonrisa robada a las 7:00 a.m.
Cara alargada para almorzar, con el peso de la decepción como aperitivo. En espera de la comida, un enano me mira, desde la fila se burla de mí. Alguien me cree loca, porque rio sola, señalo al enano burlón, se esconde tras las piernas de su abuelo. Sonrisa robada a la 1:00 p.m.
Retorno del desgaste del día, rostro maquillado del cansancio de hoy. Una madre entra al vagón con sus enanos, el enano principal se apretuja a mi lado, habla sin parar un idioma que no entiendo, finjo entender su extraño dialecto, sale del vagón diciendo adiós. Sonrisa robada a las 6:45 p.m.
Enanos gigantes, ladrones de sonrisas, espantando pesadumbres a toda hora del día.
A todos los enanos gigantes.
Nota: A todos los enanos gigantes, es decir los niños. Para los adultos, que como dice el Principito, siempre necesitan explicaciones para poder entender.
Quisiera que al menos esta vez no pensaras que soy yo quien escribe, que te pasearas en estas letras sin el estorboso pensamiento de que es de mi de quien hablo, que me leyeras como si de otra persona se tratara, como si ni siquiera conocieras a esta loca que Lanza incoherentes escritos al aire, pretendiendo alcanzar las estrellas.
Preferiría que no me hubieras conocido antes que a mis letras y que no supieras la procedencia de mis líneas, que simplemente un día te toparas con una de mis frases, con uno de mis textos y que te sintieras parte de ellos o descubierto.
Quiero imaginarte mi asiduo lector, sentado en un sillón del corredor, acompañado del aroma de una taza de café, sumergido en cada palabra y perdido en cada uno de mis sueños, sonreído en el agrado del pensamiento, conmovido en la profundidad del sentimiento.
Te imagino allí sentado, complacido en mis historias, en mis versos, en mis prosas, metido dentro de todo aquello que vas leyendo, haciéndote tus propias imágenes y tus propias versiones de mis inventos.
Voy mirando por la ventanilla, te imagino allí sentado en un sillón del corredor, acompañado de la noche, de la tenue luz de una bombilla y del aroma de una taza de café, sentado leyéndome a mí, como si no me conocieras, perdido y sumergido, dormitando suavemente en la superficie de mis letras, con mis textos descansando sobre tu pecho, con tu mano sobre ellos, celosamente evitando que las vuele el viento.
Por favor, quisiera que al menos esta vez, me leas como si no soy yo quien escribe….